Tam Wing Dik, de 78 años, vive en una jaula en Hong Kong.
Imagínate una jaula de malla corrugada que mide poco más de 1×2 metros y tiene tres niveles, al estilo de una litera. Ahora piensa que es tu hogar.
La escasez de propiedades accesibles en Hong Kong ha hecho que esa sea la realidad de muchas personas. De hecho, en el 2017 la cantidad de hongkoneses viviendo en esas condiciones fue tal, que se consideró todo un récord.
Y es que, por octavo año consecutivo, Hong Kong ha encabezado la lista de los lugares en los que es más difícil acceder a un lugar para vivir, de acuerdo a un listado realizado por la consultora Demographia.
Pero si piensas que por la «casa jaula« no se paga nada, te equivocas. El alquiler mensual puede ser de hasta US$500.
Hay varias versiones de lo que se conoce como «nanohogares». Algunos son más sólidos y resistentes que otros, pero el espacio sigue siendo minúsculo. Y, en todos los casos, las condiciones en las que viven son terribles.
Algunos de los residentes de esos espacios son ancianos. Uno de ellos es Tam Wing Dik, de 78 años. Ollas, ropa, comida, libros y todas sus pertenencias están confinadas a su alrededor. Cuando llega la noche, por seguridad, se encierra en la caja.
¿Una solución para el problema de la vivienda?
Opciones innovadoras
Para lidiar con este problema, hay quienes han pensado en soluciones creativas.
Una de ellas son los OPods, un prototipo de apartamento pequeño construido en una suerte de tuberías de concreto que se utilizan para el drenaje del agua.
Los fabricantes de ese producto no suelen utilizar todas las tuberías que crean y por esa razón no son costosas como materia prima.
«Lo que hacemos es inyectarles un poco de capital. Incluimos un baño, una ducha, cocina y muebles», explica el arquitecto James Law, el promotor de la propuesta.
No se trata, sin embargo, de una solución permanente frente al alto costo de la vivienda y a las razones por las cuales se presenta esa situación.